Sabemos que nos convertimos en madres cuando nacen nuestros hijos, es obvio, pero pienso que mucho antes de eso comenzamos a querer a nuestros hijos.

Cada familia maneja una realidad diferente en cuanto al deseo, planificación y llegada de sus hijos, de hecho hay parejas que no están buscando bebés e igualmente llegan, esto puede influir pero creo que además cada mujer tiene un pensamiento particular sobre la maternidad e inclusive sobre el «instinto materno» y a veces estos conceptos no guardan relación con la visión que tenga su pareja de estos temas.

En mi caso, desde antes de casarme sabía que quería tener hijos y gracias a Dios mi esposo también, así que eso nos unió además de nuestro amor y todas las metas y valores que tenemos en común.

Pero a veces postergamos la llegada de los bebés por tratar de alcanzar logros profesionales e inclusive tener más vivencias de pareja (viajes, salidas, eventos…) o lograr metas familiares (la compra de la casa, tener mayor estabilidad económica…) y cuando por fin decides y planificas la llegada de tu bebé a veces te tardas más de lo que pensabas y a algunas mujeres nos toca afrontar evaluaciones o exámenes sencillos o muy invasivos para confirmar que sí puedes tener hijos, cosa fácil de contar pero difícil de afrontar pero como estás convencida que quieres tener hijos sigues adelante…

Cuando por fin te enteras que lo lograste, que estás embarazada todo cambia… en mi caso al principio no lo creía, luego sentí una emoción gigantesca y después un susto… Ya está creciendo dentro de mí ese ser que tanto anhelaba, debo cuidarme y cuidarlo.. porque ya le quiero.

Y es así, por mi experiencia pienso que queremos a nuestros bebés desde mucho antes de concebirlos cuando soñamos con ellos, somos sus mamás y los queremos más cuando ya sabemos que están creciendo dentro de nosotras y no sólo dentro sino «con» nosotras, nos acompañan en todo momento compartiendo los momentos buenos y los no tan buenos de nuestro día a día, cuando tenemos los malestares propios del embarazo así como cuando sentimos que somos el centro de la atención y de las miradas porque nos dicen que nos vemos hermosas y que nuestra barriga nos luce muy bien… Están con nosotras cuando escogemos su nombre, les compramos todas las cosas que van a usar cuando salgan al mundo, cuando vamos a verles en las citas de control prenatal y nos hacen un ecosonograma… Y realmente entendemos qué es verdaderamente quererles cuando los traemos al mundo y los tenemos ya junto a nosotras.

Por eso creo que una mujer cuando está embarazada ya comienza a ser mamá, porque aunque ella no ha visto todavía a su bebé, ellos en el fondo ya se conocen y se quieren infinitamente…

L. de Ponte

Caracas. Venezuela

ldeponte@mischiquiticos.com