La educación involucra principalmente a los padres, pero es ineludible que los docentes, familiares y otras figuras de autoridad que tienen relación con los niños van a influir en la forma de actuar y decidir de ellos, frente a situaciones cotidianas o trascendentales que se les van presentando día a día.
Aquí encontrarán ideas que nos hacen reflexionar sobre la motivación a la Paz desde la Educación que muy amablemente comparte la venezolana Profesora Salomé:
«Siempre decimos que se han perdido los valores, que el mundo ya no es igual y que cada quien piensa en si mismo… Y qué tal si en lugar de decir y decir nos preguntáramos: ¿será que hemos dejado a un lado los valores?, ¿ya no pensamos en el mundo?, ¿vivimos solo para nosotros mismos? y lo que no puede faltar… ¿Vemos la paja en el ojo ajeno y no la viga en el nuestro?
Resulta que sea cual sea la forma como decidamos vivir, educamos. Educamos a nuestros alumnos, hijos, sobrinos, vecinos, y hasta al que no lo es, con el que compartimos el ascensor, el transporte público y la cola en el supermercado. Sucede además, que todas estas personas también están siendo educadas por quienes comparten ese mundo ávido de valores que ya no es el mismo, donde cada quien vive desde el YO.
Aquí es donde no puedo dejar de pensar en esa gran responsabilidad que con absoluta conciencia decidimos asumir los docentes, EDUCAR… educar en este mundo, con estas ausencias y con aquellos que no contamos. Y a sabiendas de todo esto, decidimos y con entera pasión nos dedicamos cada día a educar, educar para la vida, para convivir, valorar, para tener el mundo que merecemos, para saber que no es solo nuestro y que tampoco tendría sentido que así fuera.
No podemos dejar de mencionar que, sin duda alguna, parte de la misión docente es enseñar lengua, matemática, ciencia e historia… Sin embargo son áreas, que con el debido respeto a los expertos en dichas materias, no sirven de mucho si no aprendemos lo esencial… CONVIVIR… VIVIR CON (el otro)… ese otro que también somos nosotros mismos…
Convivir implica paz y respeto, sobre todo respeto… ahora la pregunta sería, ¿cómo aprendemos a respetar?… Pues viendo al otro respetar y respetando… entonces aparece una nueva pregunta ¿dónde aprendemos a respetar y vemos al otro respetando?, ¿Qué tal jugando? Jugando se aprende a respetar, y no solo eso también se comparte, se aprende a esperar, se piensa, se siente, y además se ríe… decía Madre Teresa de Calcuta que la paz comienza con una sonrisa… Sin duda sabía lo que decía, quienes compartimos a diario con niños sabemos que es así.
Jugar de manera colectiva representa una de las prácticas más tradicionales y algunas veces olvidadas en nuestra sociedad. Al igual que en la mayoría de los sistemas lo urgente se come a lo importante, lo individual se come a lo colectivo, esto, en términos de juegos sería: los videojuegos se comen a los juegos de mesa… La tecnología mal enfocada se come la posibilidad de compartir, y con esto anula la oportunidad de aprender a convivir.
La invitación es a rescatar las tradiciones, los juegos, lo integrador, lo que invita a convivir, a ver e imitar, a sentir la necesidad de ser respetado y respetar. En los juegos hay mucho más que instrucciones, hay valores, la posibilidad de demostrar que podemos tener el mundo que queremos, que el trabajo comienza por uno con el otro y que vivir con el otro es la clave de la paz.»
Fuente: Prof. Salomé Cabrera Núñez
Les invito a seguir a Salomé por su cuenta de twitter @Juegosporlapaz y a conocer un poco más de la labor que quiere desarrollar en el ámbito educativo en issuu.com/juegosporlapaz
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