Todos sabemos que los primeros años escolares son inolvidables, nos marcan y generalmente recordamos el nombre de nuestras Maestras.

Había escuchado que los niños siempre quedan prendados de su primera maestra, pero en verdad nunca le di mucha importancia, hasta que le pasó a mi hijo mayor, que siente un inmenso cariño por su maestra: Gaby.

Y es que luego de los cuidados de la mamá, la abuela o la persona responsable en casa de los bebés, un niño puede sentirse menos ansioso cuando encuentra una maestra tierna, que sabe indicarle cómo debe realizar las actividades si bien un tanto diferente a lo que puede estar acostumbrado por ser más formal tiene un trato amable hacia él, cambia su pañal cuidadosamente, está pendiente que coma su merienda… sigue así recibiendo cariño y protección.

Desde el día que mi esposo, mi hijo menor y yo fuimos a conocer a Gaby, que fue un par de días antes de comenzar formalmente las clases en el Preescolar en el que lo inscribimos, me encantó que ella escuchó interesada y atenta toda la información que le ofrecimos sobre el caso de mi hijo mayor que iba a ser su alumno, sus problemas de desarrollo que fueron detectados tempranamente y se encuentran incluidos en el Espectro Autista, la operación de su pie equinovaro y de una vez dijo que estaba a la orden para apoyar la gestión de sus Especialistas, lo cual me dio mucha tranquilidad.

A nosotros nos había causado un muy buena impresión, pero ahora había que esperar cómo se iba a llevar mi hijo con Gaby… porque en su caso, solo había sido cuidado un par de horas en los meses anteriores por mi mamá y el resto del tiempo siempre estaba con mi esposo y conmigo, entró de 2 años y 4 meses al nivel de maternal y no había tenido mucha relación con otros niños, salvo los que veíamos en salidas de fin de semana o eventos sociales, no tiene primos contemporáneos o vecinos más o menos de su edad.

Pero gracias a Dios resultó muy bien desde el principio, los primeros días mi hijo que para ese momento no hablaba prácticamente nada, a lo sumo unas 5 palabras y desde el principio se memorizó su nombre. Otra de las cosas que me encanta es que a veces en la noche mi tesoro no se quiere acostar a dormir y simplemente con decirle que al día siguiente va ir a ver a Gaby se pone en #ModoSueño y en las mañanas se levanta emocionado diciendo: «Mamá uniforme, vamos a ver a Gaby»… Poco a poco le fue tomando cariño y ella se ha ganado su confianza, al igual que la de nosotros, mi esposo y yo estaremos eternamente agradecidos por hacerle ese primer encuentro con el ambiente escolar a mi hijo super agradable.

Además de haber creado mucha empatía con las Auxiliares de Preescolar que apoyan la labor de Gaby y que son también muy especiales con él, ha ido desarrollando algunas destrezas sociales, ya los Especialistas me han explicado que en esa edad normalmente los niños desarrollan algunos juegos de forma individualizada, pero ya nombra a sus compañeritos(as) de clase, lo que nos da una gran satisfacción, porque va avanzando a su ritmo.

Y en verdad Gaby es muy especial, es de las personas que llama cuando el niño no ha ido a clases para saber qué le pasa, que me dijo desde el principio que sabe que las terapias son muy importantes y conociendo que las sesiones son casi todos los días, lo tiene listo cuando le recojo más temprano de su hora regular de salida, siempre me mantiene informada de sus progresos… y sobre todo hace seguimiento a las actividades que pueden medir su desarrollo, inclusive tuvimos un episodio que se presentó en el Preescolar con unas conductas no esperadas en mi angelito que implicó una evaluación especial (Electroencefalograma) y estuvo muy pendiente.

Gaby es una maestra tan comprometida con el desarrollo de mi hijo que me dijo luego de hablar con la Dirección de la Institución que podían asistir tanto la Terapeuta del Lenguaje y la Terapeuta Ocupacional, lo que le agradezco inmensamente, el Preescolar donde está mi ángel es regular, pero tienen una gran apertura para procurar el bienestar integral de sus alumnos. Con esa invitación tan importante conversé con las Especialistas y cada una estuvo una mañana en el salón con ella, mi hijo y sus compañeros para evaluar el desenvolvimiento de mi precioso tesoro y le dieron a ella algunas recomendaciones para asegurarnos que en ese ámbito él pueda aprovechar todas las actividades y vaya mejorando.

Mi hijo la quiere mucho, tiene muchas razones para quererla, pero además mi esposo y yo también, además de admirar su profesionalismo, es una muchacha muy sensible y amable.

La culminación de clases es esta semana, sé que el último día mi hijo no va a entender que además de no volver a ir un par de semanas al «Cole», como él le dice, también es la última vez que va a estar con Gaby en su salón… esa despedida va a ser difícil para mi esposo y para mi…

En Septiembre cuando reanude sus clases, no sé cómo va asumir mi hijo el hecho de no ir a su salón de siempre y que no lo reciba cariñosamente su amada Gaby… ya lo iremos preparando, confío va a estar muy bien, pero a todos nos va a costar acostumbramos, vamos a extrañarle y siempre estaremos eternamente agradecidos…

Las mamás de varones creo que somos un poco celosas por naturaleza, pero siendo éste el primer amor de mi hijo, tiene mi aprobación, se ganó el cariño de toda la familia…

L. de Ponte

ldeponte@mischiquiticos.com

Caracas. Venezuela