En esta oportunidad haremos referencia al desarrollo pre-lingüístico. Este suele quedar relegado, en cuanto a la atención que se le presta, en preferencia por las demás áreas mencionadas. Como no se espera que hable, no se toman en consideración inicialmente. Una vez que el bebé camina es cuando se centra la atención en si está hablando o no, sin saber que para que esto ocurra, deben haberse establecido unas etapas previas.

Entonces, ¿qué son las habilidades pre-lingüísticas?
Las habilidades pre lingüísticas son aquellas conductas que no involucran el lenguaje, lo cual no quiere decir que no involucren la comunicación. Son las que establecen la base para el desarrollo del lenguaje. Es en la comunicación intencional por parte del adulto y en la respuesta a las vocalizaciones donde se encuentran las bases para un mejor uso de la información ofrecida por el adulto en el proceso de desarrollo del lenguaje. A medida que las intenciones comunicativas se van haciendo más frecuentes y efectivas, se va desarrollando la toma de turno, “dialogo”, entre el bebé y el adulto.

Las habilidades que abonan el terreno para una buena comunicación y desarrollo del lenguaje son la atención, interacción, el apego, la cognición, el aspecto socio emocional, la resolución de problemas y el juego. Además está la imitación que es una habilidad humana básica y un elemento esencial en el desarrollo del niño y un componente crítico en el aprendizaje para hablar. Se desarrolla a lo largo del primer año, consolidándose en la mayoría de los niños hacia los 12 meses.

Según los autores Yoder y Warren (1993) las dos razones más importantes para estimular el desarrollo pre lingüístico son:

  1. Establece la base para un mejor uso de la información obtenida del adulto en el proceso de desarrollo del lenguaje
  2. A medida que los intentos comunicativos del niño se hacen más frecuentes y efectivos, se aprecia una mejor toma de turno entre el niño y el adulto

Según el Programa Hanen, el niño desarrolla la comunicación gradualmente, en cuatro etapas básicas. En esta oportunidad nos referiremos a las dos primeras, que ocurren durante la etapa temprana o pre lingüística del desarrollo del lenguaje, estas son: la etapa de – DESCUBRIDOR y la de COMUNICADOR:

El DESCUBRIDOR es aquel que reacciona a como se siente y a lo que ocurre a su alrededor. No hay una intencionalidad en su comunicación. Las conductas que se aprecian son reflejas como el llanto o gritos, la sonrisa. Comienza a realizar respuestas motoras mediante el pataleo de piernas o movimiento de brazos y manos, hacer cambios de expresión en la cara, hacer pucheros, fijar la mirada en la cara del adulto cuando éste se le acerca. De la forma en cómo responde el adulto significante a estas reacciones, es que va a comenzar a asociar y las reacciones descritas anteriormente comienzan a ser más diferenciadas. Es cuando mamá puede diferenciar el llanto por hambre del llanto por sueño.

El COMUNICADOR por su parte, es capaz de buscar el origen de una voz o sonido y vocalizar, jugar con su voz y su boca practicando diferentes posibilidades de sonidos que se producen inicialmente por azar. Su capacidad de imitación le permite reproducir inicialmente los propios sonidos y luego los presentados por el adulto. Es capaz de enviar mensajes específicos sin usar palabras como alzar los brazos para “upa” o balancearse mientras hace contacto visual con el adulto, para que éste le alcance un juguete preferido.

A medida que se acerca a los 12 meses de edad, se comunica porque tiene hambre, está cansado, está contento, como respuesta a algo que le interesa, para llamar la atención hacia sí, para mostrar algo que quiere, saludar o despedirse, responder a preguntas como ¿Dónde está papá? volteando hacia él, hacer una pregunta. Todas las condiciones están dadas para que se presente la primera palabra que suele ocurrir alrededor de los 10 meses. Para el año de edad puede tener un promedio de 4-6 palabras, éstas generalmente son reduplicaciones de sílabas como: mamá, papá, tete por tetero, baba por agua, pero esto, como dicen por allí, es harina de otro costal y lo dejaremos para otra oportunidad.

Fuente de contenido e imagen: Ana Terán

Ana Terán es Terapeuta del Lenguaje y Especialista en Trastornos de la Alimentación. Dentro su formación, se puede resaltar: Egresada del Instituto Venezolano de Audición y Lenguaje. (Caracas, Venezuela 1977)/ Especialización en Comunicación Aumentativa (Toronto, Canadá 1980)/ Diplomado en Autismo (Univ. Monte Avila – Caracas 2009)/ Certificada en Neurodesarrollo NDT-3831 (USA 2010)/ Certificada en Programa HANEN (USA 2012)/ Curso de Actualización en Modificación de Conducta (UCAB e INVEDIN)

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