Cuando una mujer está embarazada comienzan a manifestarse todo tipo de cambios, que afectan su cuerpo físico, emocional, temperamental  y espiritual.

Entre las herramientas más saludables que tenemos a nuestra disposición, está el Hatha Yoga, o Yoga Físico; para ser practicado por la mujer embarazada  a partir del tercer mes, o las doce semanas.  Cuando  la futura madre ha superado la primera etapa de su embarazo, donde se estabilizó su cuerpo, su emoción y se  fijó el embrión.

Recomendamos dos veces a la semana, una hora, como mínimo. Lo ideal es practicar todos los días. También es saludable  un chequeo médico, previo a las prácticas,  para saber que está todo en orden y no hay objeción  para las mismas.

Los beneficios son: la respiración, el mover la energía y el relajarnos al practicar la Yoga.

La respiración yóguica completa, llamada así porque integra respiración alta, media y baja  (clavicular, torácica  y abdominal), es la mejor manera de oxigenar todo nuestro cuerpo y en especial a nuestro bebé.

Cuando hablamos de mover la energía, es hacer las asanas en la Yoga, que constituyen los estiramientos, flexibilizaciones,  que serán siempre acordes a la posibilidad de cada persona. Se armoniza respiración con movimiento.

Y finalmente entre diez a quince minutos de relajación que nos produce la Yoga, que renuevan nuestro cuerpo físico y mental, nos revitaliza y nos carga de energía para enfrentar nuestra vida cotidiana.

Fuente: Instructora Susana Ramírez.

Susana forma parte del equipo de Embarazarte, visita nuestro Directorio para conocer los datos de esta empresa si quieres contactarles.

Foto y Modelo: Alicia Marcano / foto facilitada por Andreina Marcano