Cuando nos sucede algo así, hay un impacto emocional en el hogar.

Surgen preguntas: Por qué a nosotros?

Una madre o padre se pregunta: Por qué no a mí, en vez de mi hijo (a)?

Lo que sí es una realidad, es que se debe enfrentar en equipo.

Y quienes son el equipo? La familia por completo.

Cuando hablamos de diabetes en niños, aunque parece mentira, pueden llegar a adaptarse mucho más rápido que los adultos. Asumen una gran responsabilidad que los hace más ordenados y meticulosos. Aprenden rápido.  Sin embargo, debemos mirar  sus emociones. Estudios comprobaron que la familia juega un papel importante en la vida de estas personas, ya que les brinda el sostén emocional necesario.

La mayoría de los miembros, sienten ansiedad, angustia y depresión, al saber que su familiar debe aprender a vivir con esta nueva condición. Así que empecemos por educar a todos en casa y hacer más fáciles los cambios en el estilo de vida,  la aceptación de los mismos no es de un día para otro.

Hay que estar preparado para ello ya que pueden venir alteraciones en la autoestima del paciente haciéndose entonces más difícil la aceptación.

Las bases del tratamiento de la diabetes son: la alimentación y la familia debe ayudarlo en la elaboración de un menú saludable, además de compartirlo en la medida de lo posible; practicar el automonitoreo de la glicemia (pinchi pinchi en la yema de los dedos); el tratamiento de insulina diarias; la actividad física; y la educación.

Por tanto, el contacto del Médico con la familia y con el Educador del paciente infantil es de suma importancia ya que cada uno va a poder darle el respaldo que requiere y también a su familia ante las inquietudes, dudas y necesidades.

Al principio, los padres de niños con ésta condición deben estar pendientes de no dejarse arrastrar en algunos casos, por la manipulación a través de rabietas por ejemplo, siempre que no sean causados por un dolor. La explicación, argumento y conocimiento, son la forma de hacer lo pertinente y donde el adulto debe dar el ejemplo. Por eso hablo de equipo. Es un cambio de cada miembro.

Es muy importante el vocabulario a usar en la forma de aconsejar y manifestar las preocupaciones, así que cuidémonos de no herir sentimientos. Usar expresiones de aliento y apoyo en lugar de señalamientos críticos y despectivos hacia el paciente, reforzando cualidades y minimizando debilidades. Por ejemplo: en vez de decir: “estás bien flojo, solo te haces una glicemia al día”, se debe decir: “Estoy preocupado porque solo te estás haciendo el control una vez al día”. Así se estaría atacando el problema y no a la persona.

Entendemos que nadie es completamente independiente, necesitamos apoyo y compañía, pero siempre y cuando nos deje una enseñanza que nos permita crecer como individuos.

Ofrecer expresiones reconfortantes, en vez de utilizar la crítica nos va a permitir una  comunicación más efectiva y repercutirá positivamente en un óptimo control metabólico que es lo que deseamos y esperamos con estos pacientes.

No quiero dejar por fuera al paciente adulto, ya que a esta persona le cuesta también tomar las acciones pertinentes que necesita en esta nueva etapa de vida donde aparece la condición de Diabetes. La mayoría de las veces hay resistencia a los cambios.

Aquí de igual manera entra el juego de aprender para entender la razón de lo que se persigue.

Fuente: Lic. Tania Boom. Educadora en diabetes (Caracas, Venezuela)

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