Les contaré una historia, que no es para los niños pequeños… ésta historia es para los papás y para los niños que, ya no son tan niños….

Eran los primeros días del mes de Enero… aun la casa estaba adornada de Navidad, en espera de la llegada de los Reyes Magos. Recibimos la visita de un conocido de mi esposo, que a su vez, trajo a su hijo Ricardo de 12 años, más o menos.

Inmediatamente, los niños se fueron a jugar con Ricardo y a mostrarles las cosas que recién había traído el niño Jesús… La visita no fue larga, y tras tomar algún refresco y un trozo de torta casera, se despidieron amablemente…

Mis hijos me miraban con desconcierto… aquellas caritas de nueve y siete años, estaban diferentes… Mela, muy seria, me preguntó con un tono acusador: “Mamá ¿por qué nos engañaste?

Ahora la desconcertada era yo… ¿Cómo que los engañé?… ¿a qué se refieren?… Ricardo nos dijo que el niño Jesús no existe… que es mentira y que son los papás, los que traen los regalos…

Bueno, tras un hondo suspiro, les sugerí sentarnos un momento en la mesa y les dije:

Lo que Ricardo les dijo no es del todo cierto. El niño Jesús sí existe. Nació hace casi 2000 años en un pesebre, creció y fue un buen hombre hasta que le crucificaron. Sin embargo, aun hoy, Jesús vive en nuestros corazones y en cada buena acción que ejecutamos. Jesús representa lo bueno y el bien. Por eso honramos su memoria siendo cada día mejores personas… Pero, por otra parte, si es cierto que los regalos los traemos los padres…

Interrumpió Mela, aaah ¿por eso siempre sabe qué es lo qué queremos? Y ¿qué es lo que más nos gusta?… Así es hija, es la verdad…

Mamá, pero… ¿porqué nos engañaste?………..

Bueno mis hijos, la única oportunidad en la vida, de vivir y ser protagonista de un cuento de Hadas, es la magia de creer en el niño Jesús… Créanme, no habrá otra oportunidad… Y yo quise darles ese regalo que es para siempre… Sin embargo, mamá les pide disculpas por haberles engañado y espero que me puedan comprender…

Mamá y los Reyes Magos, tampoco vienen ¿verdad?

Bueno, bueno… ya por hoy está bien… Quizás ustedes mismos puedan imaginar la respuesta… perooo, ¿quién fue el que sintió el olor a camellos?… y creo que, alguien me dijo que había escuchado unos ruidos extraños, parecidos a los que hacen los camellos… les dije con picardía…

Pronto empezaron a reír y me abrazaron… creo que me habían disculpado, el haberles engañado…

Se fueron a recoger los juguetes que habían sacado para jugar con Ricardo y yo me quedé allí, sentada en la mesa de la cocina, pensando en la respuesta que les había dado y agradeciéndole a Dios, que aquellas palabras hubiesen brotado desde mi corazón sin planificación alguna y que hubiesen sido tan sinceras y veraces…

Ya hoy, adultos, el niño Jesús sigue dejando algo –misteriosamente- en la entrada de la habitación de cada uno, la noche del 24 de Diciembre…

Fuente: María Candelaria Quintana de Oppici

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Mejor conocida como Marilá Quintana, ella es una querida abuela venezolana, Profesora de Biología ya jubilada y con una nueva faceta especial: escritora de cuentos infantiles. Ya se han publicado los «Cuentos de Marilá» y uno de sus títulos más conocidos  es «La Escuela de la Selva», todos de Ediciones Cobo.

Te invito a seguir su cuenta de twitter @marilacuenta para que puedas seguir su obra, pero sobre todo los consejos y vivencias que comparte, que siempre nos enriquecen como padres y personas que disfrutamos la compañía de nuestros chiquiticos.