La leche materna (humana) ofrece ventajas insuperables tanto  para el niño como para la madre. Los expertos de la Organización Mundial de la Salud- OMS, Academia Americana de Pediatría- AAP, Sociedad Venezolana de Pediatría y Puericultura- SVPP, entre otros, recomiendan amamantar de manera exclusiva (sólo leche materna, ni siquiera ofrecer agua) durante los primeros seis meses de vida y junto con la alimentación complementaria, durante los primeros dos años de vida o más.

Efectos beneficiosos de la lactancia materna:

Protección contra las infecciones: los anticuerpos y los factores celulares que la madre trasmite al bebé a través de la leche materna disminuyen la incidencia de infecciones respiratorias, del oído y meningitis.

Reduce el riesgo de: alergias, asma, diabetes, obesidad y el Síndrome de Muerte súbita del lactante (SMSL)

Nutrición: los componentes de la leche materna -lactosa, proteína (suero y caseína) y grasa- a menudo denominados la «comida perfecta» para los bebés, son fácilmente digeribles por el sistema digestivo, todavía inmaduro, del recién nacido, en especial, en el prematuro.

Los bebés amamantados tienen menos problemas digestivos (diarrea, estreñimiento) que los alimentados con leche artificial.

La leche materna también contiene las vitaminas y minerales que necesita un recién nacido. Contiene algo de vitamina D y esta vitamina se fabrica en el organismo cuando la piel se expone a la luz solar. La Asociación Americana de Pediatría recomienda administrar suplementos de vitamina D a todos los bebés amamantados durante los primeros meses de vida.

Los componentes más complejos de la leche materna son difíciles de fabricar artificialmente y hay algunos que todavía no se han identificado.

La leche materna es gratuita y debido a sus propiedades inmunitarias y a los anticuerpos que contiene, los bebés amamantados enferman menos que los alimentados con leche artificial. Esto implica menos visitas a la consulta del pediatra, lo que significa menor cantidad de gastos y menor necesidad de comprar medicamentos. Asimismo, las mujeres que amamantan a sus hijos tienen que faltar menos al trabajo para cuidarlos cuando están enfermos.

Exposición a sabores diferentes: por lo general, una madre lactante necesita 500 calorías adicionales diarias, de una dieta equilibrada y variada, para producir leche materna, lo que significa que deberá ingerir una amplia variedad de alimentos.  Esto permite que los bebés amamantados puedan probar diferentes sabores a través de la leche materna, pues su sabor varía en función de lo que haya comido la madre.

Disponibilidad: sin tener que hacer carreras de última hora al supermercado, la leche materna siempre está disponible y lista para tomar. Y tampoco hace falta calentar biberones a media noche. A las madres que amamantan a sus hijos también les resulta más fácil estar activas, sabiendo que podrán alimentarlos en cuanto los bebés tengan hambre.

Bebés más inteligentes: estudios sugieren que los niños alimentados exclusivamente con leche materna tienen mejor coeficiente intelectual que los alimentados con leche artificial.

Contacto «piel a piel”: las madres disfrutan enormemente de la íntima conexión que establecen con sus bebés cuando los amamantan, lo que contribuye a afianzar el vínculo emocional que se establece entre madre e hijo.

Beneficios para la madre: la capacidad de alimentar al bebé sin necesidad de administrarle ningún otro nutriente, ayuda a la madre a ganar seguridad en sí misma sobre su capacidad para cuidar a su hijo, recuperan su peso previo al embarazo más pronto por la calorías utilizadas para la síntesis de leche. La lactancia materna ayuda a reducir el riesgo de cáncer de mama, útero y de ovarios.

Con la lactancia materna, TODO es ganancia y beneficios, no hay desventajas.

Fuente: Dra. Dalmacia Noguera

De la formación académica de la Dra. Dalmacia destaca: Médico Cirujano de la Universidad Central de Venezuela (1994), Especialista  en Pediatría  y Puericulturade la Universidad Central de Venezuela en Sede Hospital Militar Dr. Carlos Arvelo (1999), Especialista  en Nutrición,  Crecimiento  y Desarrollo en el Hospital  de Niños J. M  de Ríos (2001), Consejera en Lactancia Materna con Certificación Galacma-UCV-Unicef,  Maestría  en Bioética UCV, además de varios cursos y actualizaciones de sus especialidades.

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