La primera relación que se establece con el bebé es la de alimentación. Es básica y asegura la sobrevivencia.

Según La Leche League International, organismo no gubernamental en la Organización de las Naciones Unidas que promueve la lactancia materna, «La leche materna es el alimento diseñado por la naturaleza para nuestros bebes. La teta no es sólo el mejor alimento: es placer, contacto, consuelo y comunicación».

Es importante considerar que amamantar, por una parte, para la madre, es una conducta natural, esperada, pero no es instintiva; queriendo decir con esto que ella debe aprender cómo hacerlo. Por otra parte, el bebé, viene con una serie de reflejos oral motores que son innatos y son los que le van a permitir alimentarse. La sincronía entre ellos dos es lo que va a permitir que se establezca una alimentación armónica.

Entonces, ¿Cómo saber si ésta sincronía es armónica?

Ante todo observemos el estado del bebé, éste debe estar somnoliento o alerta pero tranquilo. El bebé está capacitado para lactar dormido. Se puede apreciar como indicadores de hambre, movimientos de chupeteo suaves con la lengua. Puede tratar de llevarse las manos a la boca si la posición lo permite.

Cuando se le aproxima al seno hace movimientos de cabeza, como pequeños “rebotes” buscando el pezón. Al encontrarlo abre espontáneamente su boca y la cierra al contacto con el pezón, abarcándolo completamente con gran parte, sino toda, de la areola. Una vez que realiza “el agarre” no debe haber dolor y se establece una succión que es rítmica con períodos de descanso. Verán que el bebé succiona, traga y luego respira en ciclos, sin estrés o falta de aire.

La succión activa es la que nos permite saber que se está alimentando. Hay que dejarlo amamantar del primer seno hasta que éste pierda la dureza inicial y se sienta “vacío”… Durante este tiempo se está dando oportunidad de que se hidrate con las primeras succionadas que le van a dar la cantidad de agua que necesita, es por ello que no hace falta darle agua aparte, para luego recibir la “segunda leche” que es la que viene cargada con los nutrientes. Es decir la primera leche hidrata y la segunda nutre.

Luego se pasará al segundo seno del cual succionará menos, pero dejará más próxima la segunda leche para la siguiente mamada, razón por la que se comenzará por este seno cuando le vuelva tocar comer.

¿Cómo saber si se está alimentando lo suficiente?
Por la cantidad de pañales que se cambian. Un recién nacido que está recibiendo lo que necesita, generalmente se le realizan de 7 a 10 cambios de pañal. Los intervalos entre mamadas suelen ser de dos a dos horas y media. Inicialmente es importante ofrecer a libre demanda mientras se regulariza y su sistema digestivo aprende a digerir la leche.

¿Dónde y cómo amamantar al bebé?
El ambiente donde se amamanta debe ser calmado, tranquilo, sin ruidos excesivos, idealmente con una luz tenue.

Se recomiendan diferentes posturas para sostener al bebé cuando se va a amamantar. No hay una postura que sea la ideal, ésta va a depender de la comodidad que establecen mamá y bebé. Es importante que la madre esté cómoda, con el cuerpo bien apoyado, ya que de esta manera no necesitará  moverse y no incomodará al bebé con estos movimientos.

Estas posturas pueden ser:

1. El bebé de costado sobre el vientre de la madre haciendo contacto piel a piel: La madre lo acuna en su brazo y con la mano contraria sostiene el seno con la mano en forma de “C”.
2. El bebé de costado cruzado sobre el vientre de la madre haciendo contacto piel a piel: La madre sostiene al bebé cruzando su brazo sobre la espalda, sosteniéndole la cabeza y con la mano contraria sostiene el seno con la mano en forma de “C”.
3. El bebé de lateral al cuerpo de la madre. Ella lo mantiene como si sostuviera una “pelota de futbol americano”.
4. El bebé y la madre acostados en la cama de lateral.
5. El bebé sobre la madre contacto piel a piel.

¿Qué ocurre si no se puede amamantar?
Algunas mujeres se sienten culpables por no poder amamantar a su bebé y esto trae momentos de tensión en la interacción con el bebé. Para ello, existe la alternativa de las fórmulas infantiles, siendo importante consultar con el Pediatra la utilización de fórmulas, en caso de ser necesaria su utilización.

Lo importante aquí es establecer una relación con el bebé que lo nutra, no solo con el alimento sino como se dijo al inicio, en el placer, contacto, consuelo y comunicación. Esta sincronía y armonía va a establecer las bases de esta relación y la confianza del bebé que está protegido y bien cuidado.

Fuente: Ana E. Terán.

 

Ana es Especialista en Trastornos de Alimentación, de su formación, se puede resaltar: Egresada del Instituto Venezolano de Audición y Lenguaje. (Caracas, Venezuela 1977)/ Especialización en Comunicación Aumentativa (Toronto, Canadá 1980)/ Diplomado en Autismo (Univ. Monte Avila – Caracas 2009)/ Certificada en Neurodesarrollo NDT-3831 (USA 2010)/ Certificada en Programa HANEN (USA 2012)/ Curso de Actualización en Modificación de Conducta (UCAB e INVEDIN)

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