El arte de educar SIN VIOLENCIA, mediante la Disciplina Positiva es posible.
La disciplina positiva es un enfoque que se centra en ser firme y amable a la vez, se basa en el respeto mutuo bajo la premisa de tratar a tu hijo como te gustaría ser tratado. No fomenta los premios, ni los castigos. No incluye el control excesivo, ni la permisividad.
La Disciplina Positiva es educación, entendimiento, motivación y comunicación, no castigos. Los principios de Disciplina Positiva ayudan a crear una relación de amor y respeto con los hijos y ayudan a vivir y solucionar problemas de manera conjunta.
Dentro de sus bases están:
Los niños que se portan mal son niños desanimados. En muchos casos el mal comportamiento se debe a que el niño no se considera aceptado ni importante. Los castigos aplicados por los adultos le humillan y provocan más desaliento y, como consecuencia, mal comportamiento en el futuro.
Los niños hacen las cosas mejor cuando se sienten mejor. No tiene sentido pensar que para que un niño se porte mejor primero hemos de hacer que con el castigo se sienta peor.
Los errores son grandes oportunidades para aprender. Hay que ver el error o el mal comportamiento como una manera de aprender para la próxima vez.
Trabaja para mejorar, no para alcanzar la perfección. En lugar de castigar por los errores es mejor centrarse en los pequeños avances y animar así al niño.
Utiliza la firmeza y la amabilidad a la vez. No se trata tampoco de ser demasiado permisivos con los niños, sino que hay que ser amables y firmes a la vez (“Te quiero y la respuesta es no”).
Herramientas:
- Asegúrese que el niño recibe el mensaje de amor y respeto. El niño con mal comportamiento es el que más necesita oír que se le quiere.
- Permita al niño desarrollar percepciones de que es significante y aceptado. A través de las reuniones familiares y de clase se puede ayudar a los niños a que descubran sus capacidades y se valoren.
- No hagas cosas por los niños que puedan hacer solos. Así les ayudará a ser más capaces.
- Formular preguntas del tipo “qué” y “cómo”. Por ejemplo. ¿Qué ha ocurrido?, ¿Cómo te sientes con lo que ha pasado?, ¿Qué has aprendido con esto?, ¿Cómo puedes utilizarlo para la próxima vez?
- Implicar a los niños en las soluciones. Así el niño aprenderá a solucionar problemas y se animará a participar en las soluciones diseñadas.
- Los pasos a seguir ante un conflicto serían: No responder a la provocación, dialogar con respeto sobre lo sucedido, elegir una solución consensuada, pedir ayuda si no se encuentra solución.
- Establecer rutinas con los niños. Si conjuntamente con el niño se establecen los pasos de cualquier actividad (por ejemplo, la hora de acostarse) el niño tendrá más voluntad de llevarlo a la práctica sin problemas ya que ha participado en su diseño.
- Ofrecer opciones limitadas. Cuando proponemos opciones (por ejemplo: ¿Quieres bañarte antes o después de desayunar?) damos al niño la libertad de elegir, lo que le motivará a actuar.
- Dedicarle tiempo. Dedicar todos los días unos minutos extra hace que los niños se sientan aceptados e importantes y les permite compartir experiencias y sentimientos.
¡Respira! Cuando estamos estresados, necesitamos más oxígeno, pero tendemos a hacer respiraciones cortas. Aún unas cuantas respiraciones profundas nos pueden ayudar a calmarnos y pensar más claramente.
La disciplina positiva permite a los padres desarrollar un mejor vínculo y relación con sus hijos, crea confianza, fomenta el respeto en las relaciones y refuerza y anima a los niños a colaborar con lo que se les pide. Asimismo permite en los niños, el desarrollo de habilidades importantes para la vida como lo son las de capacidad, amor propio, poder e influencia en la propia vida, habilidades interpersonales, intrapersonales, sistémicas y capacidad de juicio.
Es fundamental que los padres apliquemos la REGLA DE ORO. Piensa cómo te gustaría ser tratado si estuvieras en las mismas circunstancias de tu hijo.
La disciplina no es sinónimo de castigo, el verdadero significado de la disciplina es el de educar.
Fuente: Natalia Calderón Astorga (Basado en los principios y filosofía de Disciplina Positiva. Jane Nelsen)
Natalia reside en Costa Rica, es Licenciada en Pedagogía: I y II ciclo. Licenciada en Educación Especial. Terapeuta de Lenguaje. Especialista en Dificultades del Aprendizaje. Psicopedagoga. Posee Positive Discipline Parenting Educator Certified by P.D.A. – EE.UU y Fundadora de Disciplina Positiva Costa Rica.
Pueden hacer contacto con Natalia a través de las redes sociales, en Twiter @Natcela y por Facebook: Disciplina Positiva- Costa Rica.
Fabuloso! me enriquece mucho las herramientas dadas en este espacio, quisiera algún día tener la oportunidad de asistir a un taller, charlas u otras actividades sobre este tema me hace mucha falta, tengo un pequeño de 3 años… y necesito aprender mucho por él y con él… agradeciendo su atención.