El catarro común, que en Latinoamérica conocemos como gripe o gripa, pero realmente la única gripe es la influenza o gripe española, para la cual existe la vacuna antigripal, que es recomendable aplicar anualmente, estando disponible en nuestro país, a partir del mes de Septiembre de cada año, sugerida especialmente para personas mayores de 65 años y menores de 5 años, o en aquellos pacientes que tengan una enfermedad de riesgo de sufrir complicaciones como es el asma, las cardiopatías, inmunodeficiencias, etc.

Hasta los 6-8 meses de edad  los niños difícilmente sufren de catarro común, ya que están protegidos por los anticuerpos maternos (defensas), que pasaron a través del cordón umbilical, durante el último trimestre del embarazo. Además es infrecuente que los pequeños acudan a  guarderías o centros de cuidado diario durante los primeros seis meses de vida, donde aumentan notablemente las posibilidades de contagio.

Entre los 8 a 12 meses de  edad  adquieren un catarro común cada 2 o 3 meses hasta los 4 o 5 años, si están al cuidado de la familia; pero si acuden a guarderías u hogares de cuidado diario, los catarros pueden ser quincenales o mensuales. Si el niño tiene alguna enfermedad de base como asma, rinitis alérgica u otras enfermedades del aparato respiratorio, que no estén controladas, los catarros pudieran ser aún más frecuentes. Una vez que los niños alcanzan los 4-5 años de edad, su sistema inmunológico  ha madurado   lo suficiente, presentando uno o dos catarros por año o en algunos casos ninguno, tal como se manifiesta en los adultos, siempre y cuando no tengan una enfermedad de base, mencionadas anteriormente, que disminuyan su capacidad para defenderse.

Los catarros comunes o gripes, tienen una duración de 1 a 3 semanas, dependiendo de la edad, del tipo de virus y del niño, presentando rinorrea  (“moqueadera”)  y tos durante 7 a 20 días. Durante los primeros 3 a 6 días la tos es seca, acentuándose durante la noche,  pudiendo alterar el sueño del niño y de los padres, siendo esto, un motivo de preocupación para asistir al consultorio pediátrico. Después la tos se torna húmeda (con flema) y el niño tose menos de noche. Es importante aclarar que la tos es uno de los principales mecanismos de defensa del aparato respiratorio, se encarga de expulsar el moco en exceso, virus, bacterias y otras partículas o gérmenes, que se encuentran en las vías respiratorias. Aunque la tos no es agradable y puede producir dolor en la garganta o en el pecho cuando es repetitiva, hay que dejarla actuar, ya que es necesario para la limpieza de las vías aéreas, y los antitusígenos deben utilizarse solamente en casos muy especiales, recomendados por su médico.

Los catarros comunes también pueden producir fiebre, sobretodo los tres primeros días.

En caso que el niño presente tres o más días con fiebre, es recomendable visitar o llamar a su médico. Si tiene menos de tres días con fiebre y presenta decaimiento, somnolencia, dificultad respiratoria (disnea, cansancio, jadeo), o alguna manifestación que la madre perciba que el niño no luce bien, debe comunicarse con su Pediatra. También es importante considerar que si el niño tiene entre 10 a 15 días con la enfermedad, y no presenta mejorías, se recomienda comunicarse con su médico.

Hay una complicación frecuente aparte de las otitis, rinosinusitis y neumonías, que es la rinitis post-viral, en la cual el niño pudiera continuar con tos nocturna y rinorrea por semanas, si no se le aplica el tratamiento adecuado.

El tratamiento para el catarro común es básicamente sintomático, no hay medicina que “corte” la gripe. Dependiendo del paciente, si tiene o no alguna enfermedad de base, se usan antipiréticos (acetaminofén, ibuprofeno, diclofenac, etc.) para bajar la fiebre y mejorar el malestar general; descongestionantes nasales, como los antialérgicos de primera generación (clorofeniramina, difenhidramina, etc.), pero pueden producir somnolencia. Los antialérgicos de segunda generación (loratadina, desloratadina, cetirizina, etc.) no tienen ningún efecto, a menos que se combinen con descongestionantes como la pseudoefedrina, que actúa sobre la mucosa nasal para que ésta produzca menos moco. Existen niños con poca tolerancia a la pseudoefedrina, porque puede producir excitación, insomnio y otros efectos no deseados.

Se puede utilizar Solución fisiológica o Agua de Mar (esteril) a necesidad si hay obstrucción nasal.

Los antibióticos en ningún momento están indicados, tal como es la creencia popular, ya que éstos no actúan sobre la fiebre ni los virus, que son los responsables de esta enfermedad. El uso de antibióticos estaría indicado solamente por el médico, en caso de presentarse una complicación bacteriana.

Por último quisiera añadir que los padres deben tener paciencia, ya que el catarro común, “gripe” durará 7 a 20 días, con o sin tratamiento médico, éste solo ayudará a aliviar los síntomas.»

Fuente de contenido: Dr. José Vicente Gil

Foto: Mischiquiticos.com

Dr. José Vicente Gil es Pediatra – Neumonólogo, de su formación se puede destacar: Médico-Cirujano UCV-1980 (Escuela Luis Razzeti), Pediatría y Puericultuara UCV-1985 (Hospital JM de los Rios), Neumonología-Pediátrica  SAS-1994 (Hospital José Ignacio Baldó- El Algodonal), posee innumerables cursos y actualizaciones en su especialidad.

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