Un tema en boga e importante en estos días es la vuelta a clases, los niños que regresan luego de un período vacacional amplio, de unos dos o tres meses, donde hay que retomar una serie de hábitos, no solamente académicos e intelectuales, sino también desde el punto de vista de salud.
La primera gran pregunta que debemos hacernos como padres es ¿en qué condiciones están nuestros hijos para ingresar al colegio con referencia a su salud? ¿tiene pendiente alguna vacuna? ¿el niño tiene alguna enfermedad que haya adquirido en las vacaciones que no se haya curado, como por ejemplo una parasitosis o una dermatosis o una pediculosis (mejor conocida como piojos)?
El niño puede en ese período de vacaciones haber adquirido alguna enfermedad, la cual ya está en tratamiento médico o puede que todavía no se haya consultado al médico. Lo primero que hay que hacer y no el día que le toca ir al niño a clases es unos días previos al inicio de actividades consultar con el pediatra y resolver el problema de salud.
Los niños que van de vacaciones, con mucha frecuencia se enferman durante las mismas, porque cambian sus hábitos, viajan a otros sitios, los alimentos que ingieren pueden a veces no estar bien preparados o puede haber contaminación. Es posible que estén en las playas con moluscos o algas y tengan problemas en la piel o pueden ir al campo y tener contacto con una serie de animales y adquirir una parasitosis… depende de donde se hayan ido de vacaciones los infantes pueden adquirir una u otra enfermedad.
El segundo aspecto a considerar es el carnet de vacunación y el certificado de salud, siempre que se inicia un nuevo año escolar los colegios solicitan esta documentación y eso tiene un fundamento, que es garantizar que el niño se encuentra en buenas condiciones, no padece ninguna enfermedad infectocontagiosa, que no va a transmitir infecciones en el colegio o en la guardería y se le han aplicado todas sus vacunas.
Sabemos que en los colegios y guarderías hay grupos numerosos de niños, cuando alguno de ellos tiene enfermedades transmisibles, como por ejemplo varicela o lechina, es muy probable que pueda contagiar a otro, puede tener una conjuntivitis o una gastroenteritis o tiene alguna infección de esa índole, entonces es importante tener ese certificado de vacunación vigente y esto es recomendable hacerlo cada vez que comienza un nuevo año escolar, a mitad de año si ha habido algún brote de alguna enfermedad también se puede reevaluar. Se debe conversar con el pediatra y llevar al la institución educativa ese certificado, en el cual se incluye información que indica que el niño se encuentra bien de salud y que no presenta enfermedades contagiosas, siendo un buen momento la finalización de las vacaciones para actualizar ésta información.
El niño recibe una cantidad de vacunas durante su infancia y algunas requieren de refuerzo, el hecho es que entre el primer y el segundo año de vida se aplican varias vacunas y si en la actualidad tiene unos 5 o 6 años, hay refuerzos que se colocan en esa edad, hay vacunas que ofrecen una protección de 5 o 10 años como la del tétano, hay otras como por ejemplo para el caso de la influenza o gripe que hay que colocar anualmente y hay otras que no necesitan refuerzo sino las dosis iniciales, cada vacuna tiene un esquema adecuado que el pediatra sabe, los padres deben estar informados de esto y consultar con éste especialista y deben estar anotadas en las tarjetas de control cuáles son las vacunas que se le han colocado a su hijo y cuándo le toca la próxima vacuna, para tener actualizada esa información.
También es recomendable hacer exámenes de laboratorio periódicos, en los niños mayores de un año se hace una hematología, chequeo de heces y orina anual, es una buena época en la fecha de cumpleaños o cuando van a retornar al colegio de sus vacaciones. Si el niño tiene una anemia o algún problema que haya que tratar se puede detectar en ese momento.
Esas serían las recomendaciones básicas al inicio del año de las clases, otro aspecto muy importante es la alimentación de nuestros niños en etapa escolar, no solo el valor nutritivos de los alimentos que deben recibir, sabemos que el pediatra debe ir orientando a los padres sobre este tema dependiendo de la edad de su hijo, conociendo que la lactancia materna es la alimentación básica en los primeros 6 meses de vida del bebé, se puede prolongar y luego de este período complementar con una serie de sólidos, calorías que provengan de proteínas y grasas, minerales y vitaminas, ofreciéndole una dieta que sea bien balanceada.
Hay niños que pasan en la guardería el día completo, desayunan y almuerzan allá llevando su lonchera, la cual además de tener las características nutricionales adecuadas y balanceadas de acuerdo a la edad del niño, debemos estar pendientes de las condiciones higiénicas en las que se van a manipular los alimentos que contenga.
Si son alimentos que necesitan estar refregerados, los padres se lo deben indicar a la puericultora o a la maestra en la mañana cuando le entregue la lonchera del niño, éstos luego se recalentarán para que puedan ingerirlos, muchos de estos alimentos pueden ser vulnerables, pueden contaminarse o alterarse sus condiciones sino se guardan con las temperaturas adecuadas.
Hay que considerar la manipulación de los alimentos en la escuela y se le debe recordar al niño las condiciones higiénicas en las que debe efectuar la alimentación, es fundamental el lavado de las manos antes y después de la manipulación de los alimentos. Tampoco las profesoras, puericultoras o maestras pueden estar encargadas de limpiar a los niños en sus necesidades primarias y además preparar los alimentos o por lo menos si hacen esos dos roles, tienen que estar muy bien diferenciadas las áreas físicas y el momento en el que se haga, además de las medidas de higiene, porque hay muchas enfermedades que se transmiten por alimentos, por el agua y por las manos. Todo estas son medidas de precaución.
También es frecuente conseguir cuadros gripales en los niños que inician sus clases, por lo que se debe diferenciar una rinitis alérgica o cuadro alérgico que se trata con antialérgicos a una gripe, no porque el niño estornude o tenga obstrucción nasal va a dejar de ir al colegio. Hay enfermedades que sí limitan la ida a la escuela, por ejemplo las enfermedades eruptivas o conjuntivitis bacteriana que imposibilitan la asistencia a la escuela. Si el niño tiene una rinitis alérgica esa no tendría porque limitarlo, así como tampoco una dermatitis atópica.
Por esto, es fundamental la comunicación entre los padres, los profesores y directores del colegio, para que tengan claro cuáles son las enfermedades que deben excluir al niño de la guardería o escuela y por cuántos días, porque tampoco se desea un ausentismo escolar, se quiere que los niños acudan a sus clases, pero no se quiere que si están enfermos contaminen a los demás.
Hay casos por ejemplo típicos en las guardería y escuelas, que son las pediculosis, que son los piojos, que se ve frecuentemente, se presentan en un salón y en otro… mandan entonces circulares, les mandan a comprar champú especial a los niños… Lo importante es aplicar el tratamiento para la erradicación colectiva, porque todos los niños de un salón donde hay problemas de piojos deben ser tratados simultáneamente con un tratamiento tópico inicialmente, con una aseo adecuado, hervir la ropa de cama del niño, porque el problema es que si se trata parte solo a una parte de los niños, entonces va a seguir un círculo vicioso incluso dentro de la institución y los niños enfermándose de pediculosis. También con cierta frecuencia se pueden presentar otras enfermedades intestinales como pueden ser giardiasis o amibiasis en los niños.
En líneas generales todo este tema es muy interesante, no queremos crear alarma a la comunidad ni a los padres, sino que los niños inicien sus clases en condiciones adecuadas de salud, sanos y que cumplan con los requisitos mínimos sanitarios y así tendrán una feliz estadía en el colegio, habrá menos ausentimo escolar y evitaremos el contagio de los demás niños si uno está enfermo, siendo éstas las recomendaciones pediátricas básicas en el inicio escolar.
Fuente: Dr. Leopoldo Córdova Romero.
Dr. Leopoldo es Pediatra Infectólogo muy reconocido y con amplia experiencia. De su formación académica cabe resaltar: se graduó de Médico Cirujano en la UCV (Caracas, Venezuela) en 1972 y se graduó de Pediatra también en la UCV (Caracas, Venezuela) en 1978. Posee innumerables cursos y actualizaciones. Y fue fundador de la Sociedad Venezolana de Infectología.
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