Según Ronald González Meza experto en rehabilitación física, el gateo conecta los hemisferios cerebrales y crea rutas de información cruciales para la maduración de las diferentes funciones cognitivas.
Desarrolla el patrón cruzado que es la función neurológica que hace posible el desplazamiento corporal en equilibrio del cuerpo humano. Ese movimiento comprende el del eje de las caderas y el de los hombros. Al gatear se tonifican adecuadamente los músculos que más adelante permitirán que el niño mantenga la columna perfectamente recta cuando esté maduro para poder ponerse de pie.
Desarrolla el sistema vestibular y el sistema propioceptivo. Ambos sistemas permiten saber dónde están las partes del cuerpo de uno. Permite el enfoque de los ojos. Al mirar al suelo para colocar la mano o la rodilla convenientemente, el niño enfoca los dos ojos en un mismo punto a corta distancia. Éste es un estupendo ejercicio muscular para los ojos y es tal su importancia que, según estudios de oftalmólogos, el 98% de los niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de pequeños.
El niño siente la tactilidad de la palma que está viendo. Esto tiene una serie de ventajas de manualidad fina que luego influirán en la escritura. Además, al masajear la palma de la mano, ésta envía información al cerebro de dónde está y de las diferentes sensaciones y texturas que siente. También, al gatear el niño apoya su peso en las palmas de las manos y soporta esa tensión en las articulaciones de las muñecas, de los hombros, de la columna vertebral, de los fémures y de las caderas. Así percibe la oposición de la gravedad y aprende a manejarse con ella.
Le ayuda a medir el mundo que le rodea y el niño se adapta al medio. La distancia que hay entre los ojos y la palma de la mano al gatear es una medida fundamental, LA BRAZA (que los venezolanos a veces llaman brazada, que es el giro o movimiento tipo náutico del brazo del niño al avanzar en el gateo), en todas las civilizaciones. Con esa nueva medida corporal el niño mide el mundo circundante, y por eso cuando de mayor volvemos a un lugar de la infancia lo percibimos más pequeño de lo que era, porque entonces la propia medida de la braza era menor.
Ayuda a establecer la futura lateralización del cerebro (cuando uno de los hemisferios se convierte en dominante y el otro en servidor para no tener que operar ambos a la vez).
Ayuda a poder escribir en el futuro. Mediante el gateo se va desarrollando la coordinación cerebral ojo-mano. Cuando el niño gatea se establece entre ambos una distancia similar a la que más adelante habrá entre ojo y mano a la hora de leer y escribir.
Por lo antes expuesto estimulemos a nuestros hijos a gatear!!!
Fuente: Lic. Rusdeiba Agelvis
Lic. Rusdeiba Agelvis García. Mamá de dos hermosos bebés y Especialista en Atención Psicoeducativa del Autismo, si quieres contactarle, te invito a visitar su página http://www.neurodesarrollodevenezuela.com/
Hola. Excelente artículo. Muy importante que los bebés pasen todas esas etapas, pero me gustaría saber la edad de cada etapa, por ejemplo a qué edad empiezan a sentarse, a gatear y si es buena o no la andadera luego que gatean y a qué edad?
Buenas noches Serysmart, ya te pasé un correo. Saludos