En el 2014 quedé embarazada, fue un embarazo planificado y buscado con mucha alegría. No tuve mayores dolores en los primeros tres meses, más que continuas migrañas que me tumbaban por muchos días y me impedían hacer grandes cosas. En mis consultas todo parecía normal incluso la tensión, en la semana 18 comencé a sentirme distinta, pero aun todo salía normal en mis ecos, la semana siguiente me fui de vacaciones para una sesión de fotos, la verdad me sentía la mamá más bella del mundo y aunque ya para esa fecha veía mi barriga muy grande la sentía perfecta y hermosa.

Al regresar fui de inmediato a ver al doctor y vio todo normal pero me pidió un eco 4d, ya en la semana 19 del embarazo. Luego tuve una subida de tensión, dolores fuertes estomacales, migrañas y molestia en la visión, recuerdo que caminar era una tortura y comer una situación muy complicada.

Llegó el día del eco 4D, sabía que algo no andaba bien pero mi médico insistía que todo estaba normal. Estaba perdiendo líquido amniótico, entré a emergencia y estuve una semana hospitalizada con problemas importantes de salud y me trasladaron a otra clínica en Caracas y me diagnosticaron Síndrome de Hellp, tuvieron que interrumpir mi embarazo porque mi bebé ya tenía 2 semanas de retraso en su crecimiento y estaba dejando de latir y yo estaba muy mal así que tuvimos que decidir por salvarme la vida a mí. Estuve en terapia intensiva y luego en cuidados intermedios. Posterior a eso, tuve un coagulo en la vena principal que recorre el cuerpo y nuevamente tenía mucho riesgos de muerte.

Al realizarme los exámenes, resultó que tengo dos mutaciones genéticas, Factor V de Leiden y Mutacion Homocigota MTHFR (C677T), una me hace ser propensa a coágulos en el cuerpo y más en el embarazo y la otra que por cierto es homocigoto (heredada extrañamente por ambos padres) que complica la irrigación de la sangre a la placenta, lo que ocasionó que ésta dejara de crecer y oprimiera al bebé, que hasta ese entonces no sabía que era varón, sabes? Nunca se dejó de ver, pero siempre supe que era varón.

Mi recuperación fue muy dura, había dejado de trabajar para buscar bebé, mi trabajo era muy exigente y estresante así que había decidido ser mamá, no tenía ni trabajo. Posteriormente enfrenté mi duelo y comencé a ir a terapia. Y comprendí que algo debía hacer para superar mi situación. Decidí tomar clases de Patcwork y hacer lencería para bebés, lo que ahora es Donnaquilt, que puedes seguir en mi cuenta de instagram @donnaquilt.ve. Esto fue para mí enfrentarme al dolor de mi pérdida desde el diseño y creatividad, poco a poco fue cambiando el dolor por la satisfacción de mis piezas.

Siento que mi emprendimiento me ayudó a salir adelante, me hacía pensar en cosas lindas, y la posibilidad de un nuevo bebé, que sé que lo podré tener algún día. Aun estoy en la búsqueda, pero hoy cada pieza se lleva de mi la misma ilusión por ser mamá como la que tenía con José Ignacio, que es mi angelito en el cielo.

En mi caso mi esposo fue un apoyo absoluto, esto nos ha hecho más fuertes, él entendió que como mujer estaba pasando por un momento difícil, pero yo desde mi perspectiva, intenté no abandonarlo, cuidar nuestro amor y continuar.

Fuente de contenido: Graciela Martellacci.