Eva Marieu nos comenta:
«Mi maternidad es como una masa flexible. Es fácil de hacer, permite ser moldeada, sirve para muchas cosas y se adapta a nuestras necesidades como familia. Mi receta base tiene como ingredientes principales: el amor, el respeto, la rutina, y la risa.
El amor, es el ingrediente más importante y el más fácil de conseguir para cualquier mamá. En mí se activó cuando escuché el corazón de mi peque en el primer ecosonograma. El amor crece a diario, es un recurso ilimitado y renovable, que se alimenta con amor reciproco, con risas y abrazos.
El respeto, lo aprendí de mis papás y lo sigo cultivando con mi hija. Debe ser bidireccional, eso es clave. Yo respeto a mi peque como un ser humano y de esta manera ella aprende a respetarnos a nosotros en casa y a otros fuera de casa.
La rutina, nos da estructura y seguridad a todos en la casa. Nos ayuda a saber qué viene antes y después. Evita que colapsemos y perdamos la paciencia.
La risa, nos ayuda a relajarnos. Nos saca rápidamente de situaciones desagradables, nos distrae del llanto, nos reconecta con nuestro niño y nos ayuda a lidiar con el día a día.
Según el día y las necesidades, a veces necesito agregar extras de paciencia, juego, consentimiento, más abrazos y besos, apoyo de otros (Familia), colores, más orden, o simplemente dejar que las cosas fluyan y adaptarnos… porque somos flexibles.
¿Funciona? Parece ser que si, porque me gustan los resultados que tenemos como familia, y yo me siento feliz con mi maternidad y orgullosa de mi hija. La idea es no complicarnos y disfrutarnos día a día»
Fuente: Eva Marieu Uzcátegui T.
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