Cuando conformas tu propia familia, comienzas a tratar de discriminar las bondades que ofrece la tierra donde naciste o te criaste, te formaste y vives, pero es difícil tratar de especificar de alguna forma lo más resaltante, porque todo termina siendo especial, particular, necesario, original, inspirador…

Si me centro en el tema natural tenemos paisajes, flora y fauna que impresionan a todo el mundo, un territorio donde puedes conseguir selva, picos llenos de nieve, médanos, llanos, las mejores playas… un clima envidiado por muchos y un sin fin de tesoros que será un tema largo para compartir con mi hijos. Yo tuve la gran bendición de poder hacer turismo nacional desde que era una bebé y conocer muchos de los Estados de mi país, tengo grabadas las imágenes y sueño que algún día pueda tener fotos y vivencias con mis pequeños en esos maravillosos lugares.

Algo que caracteriza a cada país es su gastronomía y Venezuela no es la excepción, siendo la arepa una de las comidas por las que nos conocen a nivel internacional, pero hay tanto más aquí… inclusive por regiones como las arepas andinas, los patacones… se destacan los tequeños en fiestas importantes o sencillas reuniones familiares, y hasta por las festividades como Semana Santa (para los feligreses católicos) con el pastel de chucho que es con pescado, hasta las famosas hayacas en Navidad, pero la lista es interminable y espero tener variadas opciones para compartir con el paladar de mis hijos los sabores que nos representan en cada rincón del país y deseo puedan guardar las sensaciones que he tenido la oportunidad de acumular, en las experiencias que están atadas a las comidas que he disfrutado acá, muchas son elaboradas en familia y esto siempre nos une.

Si deseo contarles en qué nos hemos destacados los venezolanos, creo que tomaré muchos días para decirles que tenemos talentos en muchas áreas desde la deportiva, de música, médica, educativa, gastronómica, certámenes de belleza… y siempre podemos descubrir el espíritu emprendedor de personas que con originalidad y ganas de materializar sus sueños desarrollan productos o servicios de calidad, así que siempre tendré opciones para motivar a mis hijos con las personas que han nacido en su país.

Pero sin lugar a dudas, lo que puedo enseñar a amar a mis hijos son las personas que habitan este noble país, que desde niña he podido constatar tienen un enorme corazón, alegres, comunicativas, honradas, correctas, solidarias, que siempre tienden la mano a los demás, que hicieron sentir en casa hace muchos años a infinidad de inmigrantes que llegaron desde muy lejanas latitudes y que decidieron convertir en su tierra a nuestro territorio lleno de gracia y formar aquí sus familias… personas que defienden sus ideales, siempre dispuestas a colaborar, llenas de una fuerza interior que nos caracteriza, siempre dispuestos a trabajar y a hacerlo bien… ese es el tipo de seres (familiares, docentes, amigos, compañeras de clases y de trabajo, conocidos y desconocidos) con las que conviví desde muy pequeña en cualquier ámbito de mi vida y que se destacaban por siempre ofrecer una sonrisa… las que me han inspirado a sacar siempre lo mejor de mi, por eso el gran sueño que tengo es que mis hermosos tesoros puedan llegar a entender de qué les hablo cuando les diga que lo mejor que tenemos en Venezuela es nuestra gente, que el entorno y tiempo en el que les está tocando vivir actualmente puedan honrar lo que les cuente sobre mis experiencias y no crean que son de cuento, que son de fantasía y no de verdad, porque quiero sentirme tranquila que ellos puedan ir creando sus propias historias con las personas que conozcan, puedan compartir valores, sueños, esperanzas y libertad…

Creo que aunque sea complejo enmarcar de forma sencilla por qué y cómo pueden amar a su país, será una de las cosas que como mamá disfrutaré enormemente, porque es que cuando CONOCES  VENEZUELA, es realmente imposible no amarla y sentirte orgullosa al ser parte de ella…

Foto: Pertenece a Mischiquiticos.com

Lislet de Ponte

Caracas. Venezuela

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