«Un buen divorcio es preferible a un mal matrimonio» pues “Mejor solos, que mal acompañados.»

Los niños sufren menos cuando los padres cooperan por su bien; sufren más cuando uno o ambos padres abandonan sus responsabilidades como padres. Estudios señalan que el impacto del divorcio en los niños depende de:

  • La salud psicológica del padre con quien convive
  • La cantidad y el tono del contacto con el padre con quien no convive
  • Las destrezas de crianza de niños de los padres
  • El conflicto entre los padres antes y después del divorcio
  • Los problemas económicos
  • Los eventos estresantes que acompañan y siguen al divorcio
  • Cuán bien los padres manejan el estrés relacionado al divorcio

Es difícil y toma tiempo: Los niños enfrentan tareas duras y complejas

Cuando los padres se divorcian, a los niños les cuesta aceptarlo como real y permanente, y lidian con sentimientos de pérdida y rechazo. Además, tienen que desarrollar relaciones nuevas con cada padre por separado, con padrastros, madrastras, y hermanastros.

La reacción de cada niño depende de su nivel de desarrollo, su temperamento, su estilo de aprendizaje, y sus fortalezas y necesidades únicas.

Los niños piensan, sienten, y se preguntan…

  • Los pensamientos infantiles tienden a ser simples (las cosas son buenas, o malas) y mágicos (sienten que sus pensamientos causan los eventos). Guardan recuerdos del matrimonio, y desean que los padres se reconcilien
  • Los niños sienten tristeza, soledad, ira, irritabilidad, vulnerabilidad, temor, culpa, vergüenza, celos, y alivio
  • Se preguntan: ¿Por qué?, ¿Es mi culpa?, ¿Qué tal si los dos me dejan?, ¿Qué va a pasar conmigo ahora?, ¿Qué se supone que haga yo?, ¿Puedo arreglar esto?, ¿De qué lado estoy?, y ¿Se normalizarán las cosas algún día?

Para aliviar el impacto del divorcio en los niños, entendamos sus pensamientos, respetemos sus sentimientos, y respondamos a sus preguntas. Es difícil y toma tiempo, pero ¡sí se puede!

Lo que ayuda

  • Observar y escuchar a los niños para reconocer señales de malestar
  • Mantener comunicación abierta, dando explicaciones que puedan comprender
  • Comunicar: No es tu culpa, no puedes resolver nuestros problemas, aún te queremos, no nos estamos divorciando de ti, los cambios son difíciles, pero las cosas mejorarán
  • Cumplir los compromisos y las promesas
  • Pasar tiempo agradable con cada niño regularmente, mantener las rutinas y continuar la celebración de días festivos
  • Proveer estructura y límites razonables en el hogar, y ser consistentes al disciplinar
  • Leer, escribir en diario, expresión con arte, música, baile, etc
  • Sentar buen ejemplo y manejar con sensatez los conflictos con el otro padre
  • Librar a los niños de estrés innecesario

 

Fuente: Dra. Marisol Muñoz-Kiehne

La Dra. Muñoz-Kiehne está residenciada en San Francisco (California – Estados Unidos), completó grados B.A. y M.A. en la Universidad de Puerto Rico y grados de M.S. y Ph.D. en Florida State University. Tiene más de 20 años de experiencia trabajando como Psicóloga Clínica interesada en fomentar el bienestar de los niños y familias, en especial en la comunidad latina. Es Directora Asociada de Adiestramiento Clínico en Salud Mental Comunitaria del Condado de Marin en California, donde provee servicios psicológicos, supervisa el adiestramiento de terapeutas y coordina clases para padres de familia. Sirve de oradora y presentadora frecuentemente en conferencias y eventos para padres de familia, proveedores de cuidado infantil, educadores y terapeutas.